¿Qué diferencia a ganadores y perdedores en el camino al éxito?
La importancia de los pequeños hábitos
Más que acciones drásticas, actos cotidianos
Antes de ser un autor y conferencista de gran reputación en el mundo empresarial y organizacional, James Clear recibió un golpe que cambió su vida. Durante su entrenamiento de béisbol, un bate se estrelló entre sus cejas. El impactó le ocasionó varias fracturas de cráneo, ojos completamente fuera de su órbita y cuenco, convulsiones repetidas, un coma inducido, y un traslado de emergencia en helicóptero al hospital más equipado. Al momento, nada de suerte tuvo ese golpe ni para él ni para sus padres que tuvieron que acompañarlo. Fue después de años de rehabilitación y recuperación que pudo entender lo que aquel golpe le había enseñado además de paciencia, mucha paciencia.
James se vio obligado a ir poco a poco. Su anhelo seguía siendo, como desde los cuatro años, jugar béisbol en las grandes ligas. Sin embargo, no era posible conseguirlo de inmediato. Por mucho esfuerzo que hiciera o por muchas grandes metas que se impusiera, su cuerpo tenía otros planes (y su motivación también). La valiosa lección que aprendió fue la del regalo de los actos cotidianos. Clear aprendió la “matemática de las mejoras pequeñas” que evidencia que basta con ser solamente uno por ciento mejor cada día. Al cabo de un año, esas imperceptibles mejoras conseguirán un crecimiento 37 veces mayor.
Esta fue la lógica que le ayudó a entender que, aunque las mejoras no fueran drásticas o visibles inmediatamente, sí podía llevar un control constante y eficaz día a día respecto a lo que su vida podía ofrecerle en esos díficiles momentos. De esta manera logró entrar a la universidad de Denison y conseguir un lugar en el equipo de béisbol, ocupando en principio el lugar de los novatos hasta llegar a ser elegido como capitán. Seis años después de haber recibido el impacto del bate en la cara, James Clear fue nombrado el mejor atleta masculino de la Universidad de Denison y logró ser el mejor promedio de su generación.
Seis años de trabajo constante en incorporar pequeños hábitos (desde tender su cama hasta completar un horario de sueño saludable) que rindieran frutos inimaginables en el futuro, lo llevaron a escribir “Hábitos atómicos”. En esta obra, aclamada por empresas y personas, el conferencista y autor de reconocimiento internacional detalla su método de cuatro pasos para aplicar cambios reales, simples y cotidianos en la vida de cualquier persona.
Frecuentemente descartamos los pequeños cambios porque no parecen importar mucho en un momento dado.JAMES CLEAR
Si se pone a dieta hoy, la báscula no dirá nada mañana
Es verdad que la mayoría de las personas entran en un estado de ansiedad cuando tratan de conseguir un logro de esos, donde la frase “cambiará mi vida para siempre” queda muy bien. El primer impulso es asociar una acción inmediata con el tamaño de la meta. Entre más grande se considere un reto, más se creerá que una acción desproporcionada, gigantesca, vaya, ¡insostenible! es la respuesta. Lo que Clear deja claro en su libro es esto: en el tamaño de las metas está el tamaño de la ansiedad y el titubeo por conseguir eso tan codiciado lo más pronto posible, y por ello se genera un terreno muy propicio para las malas decisiones.
Los grandes hitos, los momentos definitorios con frecuencia son el resultado de muchos acontecimientos previos que acumulan el potencial requerido para desencadenar un gran cambio.JAMES CLEAR
La realidad es que las cosas no rinden los mejores frutos en el corto plazo. Esa es la razón principal para abandonar cualquier causa. Si usted estudiara japonés dos días no conseguiría dominar el idioma; si se pusiera a hacer una dieta extrema no rebajaría esos kilos de más para esa misma noche de fiesta; si fuera al gimnasio cuatro horas tampoco tendría la masa muscular esperada a la mañana siguiente. Aquí la falla: los anhelos son grandes y los resultados pocos o nulos. Sostener acciones eficaces que no impliquen esfuerzos sobrehumanos es el verdadero reto. La frustración aparece muy pronto cuando las personas no vislumbran los anhelos deseados. Estas ideas facilitan que se formulen ideas en las que jamás se asocian trabajo, estudio, práctica, disciplina y largo plazo con el éxito. Quienes ven a alguien consiguiendo el triunfo económico, físico, social o de cualquier índole, suelen creer que se trató de algo espontáneo.
Entonces se preguntará con desánimo: ¿será mejor tener solo metas pequeñas? “Los ganadores y los perdedores comparten las mismas metas”, asegura James Clear. En realidad no importa el tamaño de las metas, para él lo mejor que se puede hacer es trabajar sobre sistemas y no solo sobre alcances. Por ejemplo, si para un entrenador la meta es ganar un torneo, su sistema será el reclutamiento de jugadores, el entrenamiento diario, y el manejo del equipo. Es más probable que si el entrenador se enfocara más en un buen entrenamiento físico y mental diario, que en el torneo en sí mismo, consiga una victoria.
Los hábitos son atajos mentales aprendidos gracias a la experiencia. JAMES CLEAR
Cuatro leyes para operar un cambio persistente.
Con ejemplos claros y una investigación completa que abarca la biología, las neurociencias, la filosofía y la psicología, James Clear ofrece estrategias que facilitarán el proceso y los sistemas de hábitos para las personas que tienen metas de salud, de negocios, de dinero o de relaciones sociales. Además, estas cuatro leyes diseñadas por Clear le permitirán enfocarse en su felicidad en el presente y no dejarla en espera para ese inalcanzable momento “cuando tenga tiempo”.
“Hacerlo obvio”, “hacerlo atractivo”, “hacerlo sencillo” y “hacerlo satisfactorio” son las cuatro leyes que Clear aporta en su método. Con estas cuatro leyes será imposible olvidarse de una acción al hacerla obvia; será imposible desistir de un hábito al hacerlo atractivo; será complejo renunciar al hacerlo sencillo; y será altamente gratificante al hacerlo satisfactorio. Estos principios permiten que la mejora de acciones sea un proceso continuo en donde la meta tendrá menos pesos que el proceso o sistema.
Gracias a historias de personas con un perfil de alto desempeño: atletas, artistas, líderes, y figuras públicas, James Clear narra ejemplos y anécdotas que dejan testimonio de que cuando este método de los pequeños hábitos se aplica, las personas suelen llegar a la cima de sí mismos y de sus expectativas, o quizá más lejos.